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  • Foto del escritorUniversidad del Árbol

Meridiano de Vesícula Biliar


Recorrido del meridiano:


El meridiano de la vesícula biliar comienza cerca de la parte externa del ojo, acercándose a la oreja, después sube; luego baja atrás de la oreja, pasa por la nuca y termina en la clavícula.


Existe un canal secundario que pasa por el oído interno y termina en la extremidad de la ceja.


Otro canal sale del mismo lugar como el meridiano principal, pasa por la mandíbula interior, baja por el cuello, pasa por la clavícula (otra rama secundaria pasa por el seno), atraviesa el diafragma y continúa hacia el hígado y la vesícula biliar. Después el meridiano otra vez se vuelve superficial y, cerca de los órganos genitales, pasa a la cadera.


En su recorrido interno alcanza la cabeza del fémur. Otra rama de este meridiano es superficial, descendiendo desde la clavícula por el lado del tórax y se une en la cadera con el canal anteriormente mencionado.

Desde allí el camino se hace único, superficial. El meridiano pasa por la parte externa del muslo, la pantorrilla, el borde externo del tobillo y baja por el empeine hasta el segundo dedo del pie. Existe además una canal comunicativo entre le meridiano de la vesícula biliar y el meridiano del hígado.


El meridiano de la vesícula biliar es de carácter Yang (Yang menor) y tiene en total 44 puntos bilaterales. El punto de alarma es el punto 23VB.


Órganos:


* Vesícula biliar


* Ojos


* Cabeza


Trastornos del meridiano:



Boca amarga (especialmente por la mañana). Sensación de frío intenso en el cuerpo. Debilidad muscular total. Cansancio excesivo. Dolores de cabeza, en las sienes. Jaquecas. Problemas digestivos. Abdomen inflamado después de comer. Dolores estomacales. Sudoración excesiva. Suspiros frecuentes. Dolores oculares, visión defectuosa, cansancio excesivo de los ojos. Hinchazón de la axila y de los lados del tórax. Dolores, espasmos y parálisis de las piernas, especialmente del lado externo. Dolores de la rodilla. Debilidad e inflamación del tobillo externo. Dolores y espasmos del empeine. Mareos, vértigo. Piel muy seca, dolores, irritable. Dolor del cuero cabelludo, nuca y cuello. Inapetencia, impulsivo. Eructos frecuentes.

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