También Qi Gong
El Qi Gong ha llegado hasta nosotros como una teoría y una técnica que nos brinda la posibilidad de cultivar y acrecentar nuestra vitalidad, mejorar nuestra salud general y retrasar el deterioro natural del cuerpo y sus distintos órganos. Incluso nos da la oportunidad de desarrollar nuevas facultades desconocidas para el común de la gente.
Aunque este conocimiento surge en la antigua China, su nacimiento se pierde en el origen de los tiempos y encuentra sistemas análogos tanto en prácticas antiguas como más recientes de muchas culturas alrededor del mundo, sean éstas más o menos veladas.
El Qi como concepto hace referencia a una energía vital universal que todo lo sustenta, que inunda todos los rincones del universo, que alimenta a cada ser vivo posibilitando todas sus funciones, desde las más sencillas a las más complejas. Es la fuente de la vida y del poder creativo; es la energía que sostiene todo dinamismo o movimiento, todo cambio o transformación, todo desarrollo, crecimiento y expansión aportando toda la energía y materia necesaria para que se lleven a cabo. Las personas lo constatan por medio de algunas de sus manifestaciones como son el calor, la electricidad, la luz y el magnetismo. El Qi se encuentra en el aire y en los cuerpos materiales. Es un vasto e inmensurable océano de energía vital.
Con el correr del tiempo, el estudio y la reflexión de muchos sabios que se dedicaron por generaciones a la contemplación de la naturaleza, se llegó a comprender con mayor claridad su existencia, operación y expresiones en los distintos ámbitos de la existencia humana. Si bien se habla del Qi como energía vital en general, su especialización se evidencia a través de diferentes manifestaciones.
Para entenderlo mejor, se ha clasificado al Qi en diferentes categorías:
Qi Celeste: referido al ámbito del cielo o universo, al ámbito estelar. Ejerce su influencia sobre la vida en la Tierra y da fundamento a las teorías astrológicas de distintas tradiciones en las que los diversos planetas y cuerpos celestes podrían verse como una serie de luces de colores que son arrojadas sobre los seres vivos dejando improntas específicas en ellos y mutando según su posición y movimiento.
Qi Terrestre: se manifiesta en el acontecer concreto de la vida sobre el planeta, dando como resultado las estaciones del año, el clima y las condiciones atmosféricas particulares, los vientos, la lluvia, huracanes y tornados, terremotos y todos los fenómenos que se presentan en el mar o en la tierra, aún en sus profundidades como las erupciones volcánicas.
Qi Humano que siempre ha merecido un estudio especial por ser el que nos atañe directamente. Es el movimiento de la energía vital en el cuerpo y sus consecuencias.
A pesar de que clasifiquemos al Qi para estudiarlo y entenderlo mejor, no debemos perder de vista la absoluta interdependencia que muestra esta triada como un sistema en el que cada una de sus partes ejerce una influencia determinante sobre las otras. El Qi celeste es el más determinante y ejerce su influencia sobre el terrestre y el humano. Luego, el terrestre condiciona al humano y ejerce su influencia sobre todos los seres vivos en la superficie del planeta. Es aquí donde surge el concepto de Qi Gong.
Entonces Qi Gong es el cultivo de esa energía vital universal en el cuerpo humano a través del conocimiento de su constitución, sus funciones, sus leyes, sus manifestaciones que, claro está, sobrepasan el enfoque tradicionalmente fisiológico de la medicina alópata occidental, dando cabida a otras disciplinas como la acupuntura y diversas vías de salud que aceptan plenamente la existencia y acción de un sistema energético que refleja sus perturbaciones y desequilibrios en el cuerpo físico, manifiestando éste, en última instancia, las enfermedades.
La comprensión, el uso y desarrollo del Qi en mucho están determinados por el propósito al cual se dirijan; por ejemplo, puede darse un enfoque netamente médico que busca desbloquear posibles obstrucciones y regular el adecuado flujo de Qi en el cuerpo o en algún órgano específico para restablecer el equilibrio del sistema. Tal es el caso de la acupuntura.
En ese sentido el Qi Gong enfocado a la preservación de la salud, puede ser preventivo y también de mejoramiento de la condición general del cuerpo. Hay prácticas con mucha tradición en este sentido como Las 8 Piezas del Brocado o el Qi Gong de los Cinco Animales, por mencionar algunas. Dichas prácticas son una serie de sencillos movimientos que actúan sobre el cuerpo y su sistema energético cuyo resultado mejora conforme se desarrolla la práctica.
El Qi Gong también puede tener otros propósitos; por ejemplo, aquel que está enfocado a la iluminación. La práctica con este tipo de enfoque busca alcanzar estados de visión y comprensión extraordinarios. Este tipo de práctica suele darse en contextos de tradiciones místicas o religiosas que propagan diversas escuelas o linajes; si bien es común que esto suceda, no es requisito indispensable para llevar a cabo las prácticas correspondientes y alcanzar el llamado estado de iluminación.
Podemos entender el papel del ser humano en este contexto observándolo como un organismo capaz de captar y transformar la energía universal; ya que su compleja constitución hace posible la asimilación de Qi del aire, de la tierra, de los alimentos o aún de las impresiones que recibe del medio que lo rodea por la vía de una atención dirigida conscientemente. Al ser un transformador, el hombre, a partir de dicho Qi, genera ciertas transformaciones en su medio y en sí mismo.
En este proceso intervienen cuerpo físico, las imágenes mentales conscientes (que no una imaginación descontrolada que puede resultar muy perjudicial) y las emociones. Todo ello aunado a la correcta comprensión del lugar y papel que cada uno pueda tener en el devenir dentro del universo es parte de la práctica del Qi Gong. Siendo así, uno de sus objetivos más elevados el desarrollo y transformación del hombre llegar a convertirse en un ser cualitativamente distinto tanto física como psico-emocionalmente.
La naturaleza es clara en sus indicaciones sobre el camino que sigue; siempre partiendo de modelos “básicos”, los conduce hacia una mayor riqueza y mayor complejidad. La posibilidad de superarse a sí misma es un motor que permanentemente está operando en y a través de la naturaleza. Salud, entendimiento, sabiduría y equilibrio siempre son relativos y susceptibles de ser mejorados porque el universo es un proceso en constante cambio y construcción. Es así como los seres humanos tienen la capacidad de soltar las falsas percepciones que puedan tener acerca de sí mismos y de los otros, haciendo consciente lo que en cada uno puede ser mejorado y desarrollado.
Por todo ello, el Qi Gong es una senda que se ha transmitido a través de un largo linaje y ha dejado como herencia su enseñanza para quien decida tomarla. La invitación es hacer nuestro este motor de la naturaleza e impulsar, con paciencia y equilibrio, pero sin descanso, nuestro propio desarrollo y compartirlo con los demás.
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